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5 La Orden Tercera no es una arma vieja de la Edad Madia, como creen algunos. «Tenemos la certeza de que en ella encontrarán grandes ventajas los pueblos cristianos» (1) «correspond» admirablemente a las necesidades de la época actual» (2 «Ha prestado inmensos servicios dice, Leon XTIT, y aún podemos espe- rar mucho de tan saludable Institución franciscana» (3). Ahora bien; ¿qué misión asignan los Sumos Pontífices a la Orden Tercera? Los cuatro millones de Terciarios ¿son acaso masas de combatientes en reserva? ¿son milicias organizadas para lanzarse a donde quiera que haya nece- sidad do implantar reformas sociales, reivindicar derechos, vengar ti- ranías, ahogar absolutismos? Alguien ha vertido ligeramente esta opi- nión. No participamos de ella. Nos lo vedan los documentos pontificios Lcón XIII ha dicho en su Encíclica Humanum Genus: «El fin que dió su Fundador a la Orden Tercera es atraer a los hom- bres a la imitación de Oristo, al amor de su Iglesia y al ejercicio de las virtudes enseñadas en el Evangelio» para que «permaneciendo en medio del mundo añado Be- nedicto XV, puedan alcanzar la perfeción cristiana» (4) «El caracter y espíritu de la Orden Tercera es la caridad fraterna, fuente de la concordia y de la paz» (5). «San Francisco quiso hacer de los Terciarios otros tantos heraldos y após- toles de la paz en medio de las disensiones civiles de su tiempo» (6). «La Orden Tercera es factor armonizante en las relaciones individi a- les, domésticas y sociales» (7). Su espíritu (nos valemos de palabras de Benedicto XV en su Encíclica) es penitencia, pobreza a lo menos en cuanto al afecto, odio a las depravadas costumbros y tendencias del mundo, adhesión inquebrantable a la Sante Sede, paz como quiere Je- sucristo, no como la entienden los hombres que trazan acuerdos entro los Estados y las clases sociales. ¿Cómo se entiende, pues, la misión social de San Francisco? ¿Qué alcance ha tenido la tan pondorada influencia social de la Orden Tercera? A esto contesta ol mismo Papa Benedicto XV: «Consiguió San Francisco que la O. T. fuese grandemente beneficiosa para la so (1) Benedicto XV, Encicl. cit. (2) Benedicto XV Encícl. citat. (8) Encícl, Auspicato. (4) Encícl. Sacra Propediem Enero 1921, (5) Id ibid, (6)1d. ibid, (7) Exmo. Sr. Nuncio Disc. 9 Enero 1916, Madrid

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