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El Sr. Obispo de Pamplona 'dirigió a sus diocesanos con fecha 1 de Abril la siguiente Circular que nos complacemos en copiar íntegra: Dice así: Con ocasión de celebrarse este año el séptimo Centenario de la fundación de la Orden Tercera de San Francisco de Asís, nues- tro Santísimo Padre el Papa Benedicto XV se ha dignado dirigir a toda la Cristiandad una Encíclica, exhortando vivamente a todos 10s fieles a que den su nombre a la Seráfica Orden Tercera, imi- tando las virtudes y espíritu de San Francisco. Nos, que ya en varias ocasiones hemos dirigido a nuestros amados Diocesanos la misma exhortación, hacemos nuestras las pa- labras de nuestro Santísimo Padre y nos complacemos en repetir- las a los Sacerdotes y fieles de nuestra amada Diócesis. Como Padre, Maestro, Pastor y espiritual Médico de toda la Cristiandad, examina el Papa las llagas que aquejan a la so- ciedad cristiana, lamentando con gran amargura de su dima los estragos ocasiona- dos por las discordias, el afán de lucro, la sed de placeres, el lujo desmesurado y las modas indecorosas. Y no encuentra remedio más eficaz y oportuno, que fomentar el espíritu de San Francisco de Asís propagando la Orden Tercera, que a raiz de su fundación fué un valiosísimo elemento de saluda- ble reforma y que a través de los siglos ha ejercido influencia sal- vadora en la Iglesia y en la sociedad. Con las palabras de nuestro Santísimo Padre exhortamos a nuestros dioce- sanos que con cuantos medios estén a su alcance, trabajen por aminorar y extinguir los males que todos lamentamos. Para que triunfe la paz entre las diversas clases sociales, revistanse del espíritu de caridad y sean amantes de la pobreza al menos en cuanto al afecto, sin he- char en olvido lo que dice el Evangelio: qui non renuntiat omni- bus quae possidet, non potest meus esse discipulus. Pongan un dique a la invasión de las modas tan enérgicamente condenadas en la Encíclica; vistan, sobre todo las jóvenes con la modestia propia de la mujer cristiana, dando así buen ejemplo a las que por una culpa- ble vanidad, sirven de pábulo a torpes vicios, contrayendo grave

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