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16 Por lo que se refiere a las Terciarias, en el vestir y en su porte exterior sirvan de ejemplo de pureza a las jóvenes y a las señoras; y estén persuadidas que en nada merecerán más de la Iglesia y de la sociedad que cooperando a la reforma de las depravadas costum- bres. Y si los hijos de esta Orden instituyeron varias obras de be- neficencia para socorrer las múltiples necesidades de los indigen- tes, ciertamente no dejarán de acudir con su caridad al socorro de otras necesidades mucho más importantes que las terrenas. Recor- damos a este propósito las palabras del Apostol S. Pedro, que ex- hortaba a los cristianos a vivir santamente, sirviendo de ejemplo a los gentiles, para que viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a Dios el día de su visita. De igual manera la Iglesia exige y espera de los Terciarios que difundan el buen olor de Cristo con la integridad de su fe, ino- cencía de su vida y actividad de su celo; y que con sus exhortacio- nes e invitaciones procuren el arrepentimiento de los que se sepa- raron del buen camino. Nos, por tanto, abrigamos la confianza de que la próxima ce- lebración del Centenario señalará un feliz resurgimiento de la Or- den Tercera: y no dudamos que vosotros, Venerables Her- manos, juntamente con los demás pastores de almas, trabajareis con empeño para que se multipliquen las Her- mandades de Terciarios y se reorganicen las que ya existen si están abandonadas, y se fun- den otras nuevas en donde no existen, floreciendo todas por la ob- servancia de la Regla, no menos que por el incremento numérico. Es necesario preparar con huestes numerosas de ereyentes, me- diante la imitación de S. Francisco, el camino y el regreso a Cristo eomo única esperanza de salvación común. Lo que dice el Apostol: Sed mis imitadores, como yo de Cristo, puede con toda razón decir de si mismo S. Francisco, que imitando a Jesucristo, llegó a ser su copia e imagen fidelísima. Mercedes concedidas por Su Santidad en celebración del Centenario. Y para hacer más fructífera la celebración de este Centenario, a petición de los Ministros Generales de las tres Ordenes francisca-