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Preces para después de la Comunión Celador.—Santo, Santo, Santo. Coro.—El inefable y divino Sacramento. Celador.—Gloria al Padre, al Hijo y al Es- piritu Santo, Coro.—Ahora y siempre, etc. Gracias Jesús del alma... Gracias os rinde humildemente este Coro, que se ha complacido en rodear agradecidos vuestro altar, haciéndoos un homenaje de «conmemoración». ¿Cómo era po- sible llegar al Jueves sin recordar y celebrar aquél otro inefable «Jueves de la Institución»? Y como al permitirnos representar a aquel primer Coro formado por los Apóstoles no “nos habíamos de llenar de reconocimiento y de pie- dad? Os olvidan, Señor, con demasiada frecuencia los miserables hijos de Eva. Us olvidan hasta los mismos que debian llevar escrito en el cora- zón fecha tan fausta para la Iglesia... ¡Qué di- chosos seríamos si jamás amaneciese la aurora del Jueves sin que al momento se encendicse nues- tro pecho en el amor de la Eucaristia! Felices nos reputaremos si con vuestra gracia persevera- mos en esta obra de gratitud y de amor. Señor: No queremos olvidar al separarnos de Vos, que os llevamos dentro del corazón y que habiendo sido apostólicos en la Comunión de la mañana, debemos obrar como apóstoles durante todo el día enalteciendo vuestro nombre y vivien- do en un acto permanente de acción de gracias. Este Sagrario donde nos hemos congregado será el blanco de nuestras miradas y el lugar de nues- tro descanso. Así sea.