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a NS La lámpara de los sagrarios vivos estará en- cendida... No dejará de humear el incienso de la gra- titud ... ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!... Van diciendo nuestros Coros mientras besan una vez más el grabado de Il Santa Cena... Estos serán los enamorados... los apóstoles de la Eucaristia... ¡Yo, uno de ellos!... ¡Aceptad- me, Señor!... Quiero sentir vuestro amor... Pro- pagar vuestro amor... Trabajar para que os co- nozcan y amen. La comunión de hoy ha suscitado en mí alien- tos poderosos; me ha dado espiritu, y el espiritu no está ocioso: por eso vino en forma de lenguas de fuego. Este espiritu me llevará a hablar sin cesar de Jesucristo y de su Eucaristía y de los «Jueves»; y en mi palabra habrá fuego ... Fuego que ilumine las inteligencias y fuego que inflame los corazones. Trabajaré decididamente por el «Jueves Eu- carístico»... para que los pueblos comulguen «con amor y gratitud». Entonces... ¡dichosos pueblos!... La Eucaristía nos reserva los más grandes triunfos. Así lo vió, inundado en luz del cielo, el inmortal Pío X. (Instaurare omnia in Christo). Su pontificado fué una sublime ejecutoria de amor y esperanza. Alabado sea el Santísimo Sacramento. . * o e * : e