BCCPAM000R00-3-08p25d00000000

0 a glamento y organización, a todas las situaciones, y obra en la medida que le es dado en cada lo- calidad. Puesto lo esencial, que es la comunión «conmemorativa» por coros de doce, y la repara- ción amorosa por medio de la «Hora Santa», lo demás depende de las circunstancias. IX. — «DIFICULTADES» Se nos ocurre que alguien podria preguntar- nos: ¿Pero, qué se puede hacer en nuestra ciu- dad? , En este hermoso sector del mundo católico, todavía no se sabe lo que se puede hacer. Mu- chas veces damos por averiguado que nada se pue- de realizar, porque fracasó alguna anterior empre- sa, Oo se teme que no cuaje ninguna otra nueva. Se apodera de nosotros, a pesar de la mejor bue- na voluntad, un sentimiento enervante. No hay quien apoye la obra... No son ca- paces de entenderla... La gente no mira más que la comodidad... Todo empeño de algo fuerte y vigoroso está avocado a un fracaso inmediato... etc... Todo esto se dice... ¿pero se dice sólo aquí? Eso se repite como el eco de un son universal en todas las latitudes del mundo. Allí mismo, donde luego tuvieron históricas raigambres obras de una fecundidad universal. Esas afirmaciones las tenemos descontadas. Son naturalísimas y más o menos acertadas, se- gún los lugares y el medio ambiente. Í Creemos que todo eso, ni supone un esfuer- zo previo para implantar la obra, ni obedece a

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz