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a A señora o caballero influyente de la localidad, y se encarga de organizar en la parroquia algún coro conmemorativo. Caen por los suelos los cas- tillos de los respetos humanos, y como a veces una chispa basta para causar un incendio, de una de estas excursiones se origina la restauración de una localidad, o por lo menos, se dá base para recons- tituir una Cofradía o Asociación como misión sa- cramental. A centenares tenemos comprobaciones de este aserto en las Crónicas de los «Jueves». Hacen llorar de emoción las cartas que los señores curas de algunos de estos pueblos han es- crito al Director de la revista aludida. Aunque no siempre es factible este género de apostolado eu- OIpam 010 «soaam[ SOT» AP RIGO P| ALNIY “ODI]SLIBO para actuar en las parroquias frías y abandona- das de una gran localidad. No pocas veces ocu- rre haber ciertos Sagrarios muy lejanos y retira- dos, donde Jesús apenas tiene compañía, o que haya parroquia donde por razones varias, no exis- ta culto sacramental ni comuniones más o menos frecuentes. En este caso se destacan los «coros ambulantes» o de exploración. / Que, ¿qué es eso? Pues, cosa muy curiosa, como lo veremos luego. V. — «DIVISION DE COROS» Los «coros» organizados por la obra de los «Jueves», son de tres clases: a) Regulares. b) Suplementarios. c) Volantes. Los «regulares» se forman con los socios

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