BCCPAM000R00-3-08p08d00000000

E, sigió con el derecho atributivo del estado, ni con la sanción del hecho violatorio del derecho natural — y de ser como consecuencia de ello, el único también, como he dicho, que se ha conservado en la fidelidad integral de su Jangoikoa y de sus atributos morales o, si se quiere, del criterio razonado, no obstante los múl- tiples cataclismos que en el curso de las edades le han asediado y han destruído los demás pueblos, razas y civilizaciones que en su soberbia creyeron haber llega- do a la omnipotencia — carece, sin embargo, de su ejemplar excepcionalidad, ese pueblo basko, de repr: sentación o personalidad propia, en el concierto de las naciones, además de en el protocolado de éstas, en la recopilación de los códices en que se estudian los pro- dromos legales del derecho consuetudinario y natural — inclusive en las recopilaciones en que se instruyen sus propios hijos! Causa o motivo de que constitucio- nalistas amantes y hasta admiradores del país euskaro, creyendo conciliable la democracia baskongada con la caduca griega y romana — sin caer en la cuenta, de que las democracias de éstos eran esclavófilas y atri- butivas del estado supremo — ésto es, sin apercibirse de que las democracias de Aristóteles y de Cicerón eran antagónicas del basko, hayan contribuido incons- cientemente a la abolición foral euskara!! Al arrastre de este pueblo autónomo y de soberanía individual al fatalismo colectivo — a la subordinación gregal de ese su eterno enemigo, que ha destruído y destruye todas las civilizaciones, por ley de su antroporformis- mo, O lo que es lo mismo, de su inconsistencia moral humana. ¡Cuán lejos está todavía el concierto de las leyes políticas que rigen las naciones llamadas cris- tianas, de las enseñanzas redentoras de Jesús!! El pueblo basko conservó o ha conservado, desde que se tiene memoria de él, su autonomía con limita- ciones, sobre todo, en los últimos siglos, respecto a la extensión de sus derechos internacionales — pero, con autoridad suficiente, sin embargo, para regirse en la norma integral de sus costumbres — que han sido siempre sus leyes — y para a la vez de gozar de las li-