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SABADO DOCE En el nombre del Padre... ORACION en la pagina 3. SEGUNDO MISTERIO GLORIOSO La Ascensién del Senor al cielo Nuestro Senor Jesucristo, después de su gloriosa resurrec- cién, se dejé ver de sus discipulos, dandoles pruebas evidentes de que estaba con vida. Se les aparecié a lo largo de cuarenta dias, y les fue instruyendo acerca del reino de Dios (Hechos 1,3). Por ultimo, Jess se reunié con sus discipulos en la ciudad de Jerusalén, donde les dio las Ultimas instrucciones y su mi- sién formal, diciendo: ‘Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discipulos a todas las gentes bautizandolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo, y ensefiandoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los dias hasta el fin del mundo” (San Mateo 28,18-20). “Luego los sacé hasta cerca de Betania y, alzando sus ma- nos los bendijo. Y, mientras los bendecia, se separé de ellos y fue llevado al cielo” (San Lucas 24,50-51). “Estando los discipulos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Galileos, ;qué hacéis aqui mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jestis, vendra del mismo modo que le habéis visto subir al cielo»” (Hechos 1,10-11). Al subir Jesucristo, se abrieron las puertas del cielo para _ los hombres; pero sdélo siguiendo al Salvador podran llegar a aquel lugar de bienaventuranza eterna. Breve pausa Recemos ahora las siguientes deprecaciones y avemarias: 1. Para que nunca perdamos de vista nuestro Ultimo fin, que es la gloria del cielo,

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