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CONGRESO REGIONAL Argumentos internos 1. La mente de San Francisco y su conducta. Il. La Regla de la Tercera Orden. Ill. Fin, cardcter y espiritu de la O. T. F. La mente de San Francisco y su conducta San Francisco de Asis hubo de conocer que la misién que Dios le confiaba era universal; que su deber no era solo la santificacién de su alma, sino traba- jar por el bien de los pueblos. Debié comprenderlo al oir las palabras y terminante mandato del Crucifijo de la iglesia de San Damian, al ser favorecido con la visién del Palacio lleno de armas sefialadas con la cruz, al darse cuenta dela rara simbdélica visién del Papa Inocencio Ill, y al oir las contestaciones de Fr. Silvestre y de Santa Cla- ra, los cuales, después de pedir a Dios separadamente con larga oracion, le sig- nificaron que la voluntad divina era que se dedicase al apostolado. Era, pues muy natural que San Francisco imprimiera a sus creaciones un caracter religioso-social para que ejerciesen aquella influencia salvadora que el Papa Benedicto XV califica de honda y universal y de la que dice Tomas de Ce- lano que bast6 para renovar la Iglesia de Cristo en los fieles de uno y ofro Sexo. En consecuencia, no solo organiz6 cristianamente las ingentes masas de personas que le segufan, sino que quiso, como dice Benedicto XV, que cada uno de sus seguidores, fuese un apéstol de Ja paz y de la virtud. El convencimiento intimo de la misién que le fué confiada por Dios, le mo- vié a apaciguar tantas veces las discordias que en aquel tiempo de turbulencias tenfan divididos los pueblos, a predicar el Evangelio con aquel ardor que le ca- racterizaba, a escribir tanto nimero de cartas a Sacerdotes, alos fieles de to- do el mundo, a los gobernadores de los pueblos, etc. La Regla de la Orden Tercera 1,°-—Fomenta el espiritu de asociacién, vulgariza la idea de igualdad evangélica y de fraternidvd universal Como observa el Papa Benedicto XV en la Enciclica Sacra propediem, San Francisco fué el primero que concibié y realiz6, con resultado felicfsimo, la idea de fundar una Orden para los seglares, de toda edad, sexo y condicién. No se conocfa hasta entonces una asociacién religiosa universal en la que pudieran tener cabida personas de todos los paises, de todas las clases sociales y de to- dos los estados. La fundacién de la Orden Tercera fué una concepcién genial del Serafin de Asis; fué como dice Renan, la mayor obra popular que recuerda la historia.

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