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9 En 1910 las misioneras pasaron el río Calancala, entraron en plena Goajira, y desde luego comenzaron su labor en un Orfelinato que llaman de San Anto- nio. El primer fruto de este asilo es el joven goajiro Antonio Rincón que hoy es- tudia la carrera eclesiástica en el Seminario de misiones de Burgos. El segundo Orfelinato de aquella región es el de la Sagrada Familia, en el punto denomina- do Puerto Estrella. Es el que cuenta con mayor número de niñas rescatadas. El P. Eugenio de Valencia en su Historia de aquella Misión hace mención del Or- felinato de S. Rafael, fundado en el punto denominado El Pájaro. En 1915 vemos a nuestras misioneras internarse entre los indios arhuacos, y organizar otro Orfelinato, el de La Sierrita, dedicado a la Virgen del Carmen. Y no tardaron en fundar otro en San Sebastián de Rábago entre los mismos indios. El de Santa Rosa, del Departamento de Antioquia, funciona desde 1920, Los Colegios Los Colegios establécense para niñas ya civilizadas y para indias que no han sido abandonadas por sus padres. Son importantes centros de enseñanza, que pueden competir con los mejores de España. En el Departamento de Antioquia funcionan los de Yarumal y Urrao, desde 1912 y 1916 respectivamente. En el año 1923 se fundó el de Valledupar, en el Departamento del Magda- lena; y los de Montería y Monpós, en el de Bolivar. Recientemente estas beneméritas religiosas se han hecho cargo de las Es- cuelas de las Islas de San Andrés y Providencia, donde se han operado nume- rosas conversiones de Protestantes, Beneficencia y Acción social Como complemento de su acción misionera, dedícanse las Capuchinas Ter- ciarias, en aquel Vicariato, a la Beneficencia y a la acción social. Sirven un importante Hospital en Santa Rosa de Osos, del Departamento de Antioquia; una gran Casa de protección para obreras pobres en Barranquilla; y un Asilo para pobres ancianos en Popayán, dedicado a Santa Teresita del Ni- ño Jesús. De este modo las Capuchinas Terciarias ejercen una acción completa y abar- can con su celo todas las manifestaciones de la caridad cristiana, Son 150 las religiosas Capuchinas que trabajan en aquel Vicariato, en la actualidad, es de- cir, en el año 1928, Un Noviciado en Colombia Los Sumos Pontífices encarecen la necesidad de atender a la formución de Sacerdotes, Religiosos y Religiosas en los Vicariatos Apostólicos. Las Capuchinas Terciarias echaron de ver la conveniencia y beneficio que reportaria para sus misiones y para la Congregación, el establecimiento de un Noviciado, que a una con el de España, fuera un verdadero seminario de voca- ciones misioneras. En efecto, a fines del año 1912 abrióse un Noviciado en Yarumal (Departa- mento de Antioquia). Y no solo no han visto frustradas sus esperanzas, sino que han palpado positivos provechos. Allí se han formado religiosas de muy buen espíritu y excepcionales prendas, algunas de las cuales han llegado a des- empeñar difíciles cargos en la Congregación. El Noviciado de Colombia es siempre más numeroso que el de España. Tan felices resultados podrían servir de ejemplo a otras Congregaciones Misioneras.

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