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Organización. En marcha. El Municipio de Masamagrell, profundamente conmovido ante el heroismo y abnegación del naciente Instituto, pensó que no podía encomendara mejores manos un Asilo que deseaba fundar. Y en efecto, aquel mismo año le hizo entre- ga del benéfico establecimiento, donde daría albergue, alimento, vestido y cari- ño maternal a niñas huérfanas. Satisfecho el Padre Luis ante la buena prueba que daban sus espirituales Hijas, hubo de redactar en 1885 unas Constituciones, inspiradas en las de los Capuchinos, pero acomodadas a las ya beneméritas Terciarias. Tan discretas y atinadas reglas merecieron positiva aprobación del Emmo. Cardenal Monescillo, a la sazón Arzobispo de Valencia. Según ellas, las Capuchinas Terciarias de la Sagrada Familia constituyen una Congregación de Votos Perpetuos, previos seis meses de postulantado, un año de Noviciado y tres de votos temporales. Hay una sola clase de religiosas; es decir, no hay legas y de coro, existiendo la más estrecha fraternidad y fran- ciscana igualdad entre todas; y siendo tan considerada la humilde hija del pueblo como la más linajuda y aristocrática señora. La religiosas practican la vida mixta, a saber, oración y acción, consagrán- dose a toda clase de obras de caridad, ya en Europa, ya en países de infieles, según el espíritu franciscano. Las penitencias están reguladas con discreción. Practican muchas de la Pri- mera Orden Capuchina, omitiéndose otras en atención a la debilidad de la mujer, entregada a la vida activa. Los colores de Hábito y cordón son como los de los Capuchinos, desdeñando todo lo que en color y forma se aparte de la sencillez franciscana. Bien organizadas con perfectísima reglamentación, estas religiosas presen- táronse ante la sociedad sin otro lema que amor y abnegación, sin otra arma que el Crucifijo que llevan en el pecho, sin más aspiraciones que un premio en el cielo. Las fundaciones. De intento omitiremos mencionar aún las fundaciones llevadas a cabo en ul- tramar en países de Misiones vivas, donde la Congregación tiene tantas casas y tanto personal como en España; lo cual ha valido a estas Religiosas calurosos elogios de los Prelados. Más abajo hablaremos de sus Misiones. Desde luego llama la atención la exquisita prudencia y cautela que han de- mostrado en fundar nuevas Casas o en aceptar las que se les han ofrecido. En tan grave y delicado negocio, solo han atendido a la conservación del espíritu religioso de las Hermanas y al bien que podíau hacer al prójimo. A partir de la fecha de su aprobación diocesana hasta el año 1900, encargá- ronse de la Casa de Beneficencia y Escuelas de párvulos en Benaguacil; de un Asilo de niñas huérfanas de Masamagrell y otro en Segorbe; de un Hospital en Ollería, donde tienen también escuela de párvulos. Fundaron además los cole- gios de Masamagrell y Paterna, y la residencia de la ciudad de Valencia. Desde 1900 han fundado en España las siguientes Casas: Colegio In-

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