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- UY — versidad de enseñanzas ¡sobre un punto de capital impórtancia, se ofusca, no sabe a qué bando ple- varse, y en la duda, se adhiere a la opinión más rígida, sólo por creerla más segura; pero cuando no dispone de tiempo suficiente para dar cabo a la letanía de los cinco o seis Padrenuestros, re- nuncia al pensamiento de ganar la induleencia oO indulgencias con que fácilmente habría podido en- riquecerse. Por oportuno tenemos recoger en este lugar ciertas versiones que, como muy validas han co- rrido por ahí, según las cuales, un Pater y Ave no constituyen, en la apreciación del Padre Santo, suficiente cantidad dde oración para llenar el fin de las preces consabidaiss; y cuando en la concesión de una indulgencia se deja en libertad a cada uno para valerse de: la oración que más le acomode, el deseo de Roma, es, no que se use de la tal li- cencia, contenida en documentos que gozan de ple- no vigor y lozanía, sino que se tome en conside- ración la conducta seguida por la Iglesia en aque- llas ocasiones en las cuales ha creído conveniente fijar las preces que habían de ser rezadas, y en consecuencia, que no conste la oración de menos que de cinco o seis Pater, Ave y Gloria, o de cosa que a esto se pueda equiparar. Pasma, cierto, la ligereza, el desempacho con que ciertas personas. no mal intencionadas, tienen la osadía de levantarse a pontificar, sin medir las consecuencias de su actitud ni curarse de los re- sultados. ¡Que no son preces suficientes las de re- ferencia? Ajustemos cuentas. ¿Por dónde lo saben? y ¡quién es el llamado a decidir en este negocio? Si ha de ser la Iglesia, como lo es sin duda ninguna, cónstanos que ella se contenta con un: Pater u otra oración cualquiera; así cantan los datos acopiados
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