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-.iorE.c,1 laverdadera e:;tampa de -~ 11 %~ Damián lribarrerlºNA• Cabeza prócer y ojos bondadosos contrastando con una barba fiera, con una barba bíblica y guerrera movida por clarines sonorosos. Ancho el tórax como.el de los colosos, como el de los gañanes de la era. Por su temperamento pareciera pastor de tigres, domador de osos. Engaña y miente su exterior figura que se pone al mundo por montera. Nadie como él define la estructura del corazón y la primavera. En el cuenco del verso y su ternura oculta, está su estampa verdadera. Así describe Javier Azcona la estampa verdadera de este navarro de Aoiz, fuerte y sensible, directo en su mirada, suave en las formas y contundente en las ideas. Aseguran, los que dicen tener motivos para conocerle, que se siente enviado, como los profetas, a evangelizar el mundo de los pobres, ese universo al margen, más allá del confortable círcu– lo que envuelve a los que, mal que bien, encontra– ron su acomodo. En esto y en otras cosas, a este cura que no parece cura, galileo concienciado que se preocupa por discriminados samaritanos, apos– tólicamente barbudo, de ojos penetrantes y un aura de bondad que le desborda,... En esto, ·dicen, se le nota que es hijo de San Francisco.