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SEPTIEMBRE MASAMAGRELL: Convento de Santa María Magdalena. TOTANA: 19 2.140. 2.141. P. Blas de Ollería. A los cinco años de profeso ocurrió la exclaustración de 1835, y como estaba de familia en el convento de Murcia se quedó en el Seminario de esta ciudad para terminar los estudios, y allí se ordenó ' de presbítero y desempeñó en esta diócesis varios cargos ecle- siásticos. Recogió cuanto le fué posible del incendiado convento de capuchinos de Murcia, y lo guardó por si alguna vez volvían los capuchinos a sus conventos. Cuando se retiró a Ollería depositó todo lo que tenía en las religiosas capu- chinas de Murcia. Al inaugurarse el convento de Totana, las mencionadas religiosas entregaron unos salterios cora- les, dos cuadros al óleo que representaban al Señor en Emaús y otro de la Magdalena preguntando a Jesús, que aparece en traje de hortelano, dónde estaba escondido el cuerpo del Señor, y además unas planchas de cobre para editar estampas de la Orden. Cuando los capuchinos regre- saron a España apresuróse el P. Blas a solicitar el ingreso, El P. Provincial le destinó a la Magdalena, y allí, siendo modelo en la observancia regular, terminó santamente sus días, confortado con los Sacramentos, el 5 de septiembre de 1888, a los 81 años de edad y 58 de profesión religiosa. Santo Hospital. P. Juan de Valencia. Este benemérito religioso, en su mocedad, deseando ser religioso capuchino, marchó a Fran- cia e ingresó en el convento de Bayona, donde hizo el noviciado y los primeros estudios. Fué uno de los restau- radores de la Orden en España. En la Provincia ha des- empeñado los cargos de Guardián y Maestro de novicios. Sus últimos años los pasó de familia en el convento de Totana, edificando a los religiosos de aquella comunidad. Al estallar la revolución marxista se refugió en el hos- pital de la ciudad, donde acabó los días de su mortal ca- rrera el 5 de septiembre de 1936, a los 84 años de edad y 54 de vida religiosa. Apéndice núm. ...... Animae fratrum nostrorum defunctorum, quorum hodie memoriam facimus, per misericordiam Dei requiescant in pace. Pie Jesu Domine, dona eis requiem sempiternam