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OLLERIA: 1.477. Animae llamaba «el Niño muchacho». Era humilde y caritativo con los pobres, y por ello en los conventos donde moraba confiábanle los Superiores el oficio de portero. En su última enfermedad, soportada con santa resignación, recibió los Sacramentos, y murió en el ósculo del Señor el 7 de junio de 1755, a los 84 años de edad y 60 de religión. Convento de los Santos Abdón y Senén. P. Pablo de Valencia. Empezó en su juventud la carrera eclesiástica e hizo los primeros estudios en el Seminario de Valencia. Al estallar la guerra civil se incorporó en las filas del ejército de Don Carlos de Borbón, y se distinguió notablemente por su arrojo y valentía, llegando a realizar verdaderas proezas, que le merecieron valiosas condecora- ciones y le atrajeron también no pocos enemigos. Se le acusó de alta traición a consecuencia de una derrota sufrida por el ejército carlista, y en juicio sumarísimo fué conde- nado a muerte. Providencialmente, momentos antes de ser fusilado recibió el indulto. Al terminar la guerra se internó en Francia, volunta- riamente desterrado, y más tarde, cuando consiguió regre- sar a la patria, hizo en Valencia los estudios de Medicina y obtuvo la titular de médico del Grao. Contrajo después matrimonio, y a los pocos años de casado la esposa ingresó en las religiosas Salesas de Madrid y él vistió el hábito capuchino. Una vez profeso terminó los estudios eclesiásti- cos y se ordenó de sacerdote. En su vida religiosa era suma- mente ejemplar, sobre todo en la austeridad y pobreza, que elevó a grado sumo. Dedicóse a la práctica de las virtudes, en las que hizo notables progresos. Observaba riguroso silencio y dedicaba gran parte del día y de la noche a la oración. En sus últimos años padeció grandes achaques; mas no por esto disminuyó en el rigor de la penitencia, que fué como el distintivo de toda su vida. Confortado con los Sacramentos, partió de esta vida hacia la eterna el 7 de junio de 1930, a los 77 años de edad y 34 de vida religiosa. Apéndice núm. ...... fratrum nostrorum defunctorum, quorum hodie memoriam facimus, per misericordiam Dei requiescant in pace. Pie Jesu Domine, dona eis requiem sempiternam.