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bee 6 8 : no pocas veces que hasta el hombre mAs amante de la verdad se equivoca en sus apreciaciones, y hasta nos cons- ta ademas por la vida de los santos profetas, que les acon- tecia esto mismo, cuando ausentindose de ellos la inspi- racion del cielo, discurrian con las solas luces de la ra- zon sobre los acontecimientos humanos. Vedlo. : Elias, aquel profeta de espada de fuego, habia oido que la mujer de la polftica més racionalista del reino de Israel habia degollado 4 todos los profetas ; y fugitivo él. y escondido entre las breiias del monte Horeb, lloraba in- consolable, diciendo 4 Dios: ; Ah Sejior! Estoy abrasado de celo por ti, Setor Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado tu alianza, han destrui- do tus altares, pasado tus profetas al filo de la espada: he quedado solo. Esto es lo que decia 4 Dios el gran defensor de su honor ; era verdad lo que afirmaba tocan- te 4 la apostasfa del pueblo escogido y 4 las atrocidades sacrilegas de Acab y de Jezabel, pero se equivocaba en — la apreciacion de sus consecuencias. Ni él habia quedado solo entre los adoradores del Sefior, ni se habia de que- _ dar; pues el mismo Dios le contesté6 que no era asi, y le dijo estas palabras : Yo reservaré para mi en Israel siete mil varones, cuyas rodillas no se han doblegado ante Baal. He abi lo que acontecié al gran profeta, | destinado por Dios para ser el aa de la segunda er de su Hijo. Y ;, Para qué hemos de salir de los sagrados muros de este templo 4 buscar testimonios de esia verdad? Esta misma contestacion de Dios 4 su profeta fiel est& escrita en sus paredes; su ambiente esté embalsamado todavia por el aliento de una voz dulcisima y encantadora que la pronuneié ; sus ecos tiernos y amorosos, mis suaves que el cantar de las avecillas, recorren ahora mismo todo el Ambito sagrado, Oidlos; oid lo que sucedié aqui mismo, hace ya diez y nueve siglos; oidlo, para que compren— dais bien que la herejia se ha equivocado, el racionalis- mo se ha engafiado, y la sabiduria de la carne se ha mentido 4 s{ misma.

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