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pee 23 sea deza? Ninguno Jo sabe mejor que vosotros, y vosoiros mis- mos me lo vais 4 decir ahora. Esta ciudad tiene la gloria, tnica en el mane, do ha- ber erigido una capilla en honor de la Virgen Maria a los | seis alos después de la ascension de su Hijo a los ‘cielos, y cuando ella vivia en carne mortal: despues fué tomando, mayor extension; més adelante los monarcas le enviaron presentes y donativos, y embellecieron el templo; llegaron otros tiempos, y vuestros padres y ascendientes levantaron esta imponente basilica; ahora por fin, vosotros mismos la habeis agrandado, enriquecido y adornado, hasta que habeis conseguido que se cuente entre los edificios sagrados de pri- mera linea, que hay en el orbe, Si yo os preguntara de quien es este templo, su sagrado recinto resonaria con un grito unt- sono, compuesto de las voces de cuantos hay en él, y me di- riais: es de la Virgen. Si se os dijera que es vuestro: si se os dijera que es vuestro, porque se ha ejecutado este porten- to de haberse concluido su decoracion y-la fabrica de sus soberbias cipulas con una parte de vuestros caudalés, tambien responderiais, que no, que es todo de la Virgen; que se lo habeis dado todo d la que es vuestra Madre y vuestra reina; que es suyo, su propiedad, su patrimo- no. Y si, lo que Dios no permita, os dijere alguno que esta casa es un bien como los demés, que se puede ven- der, enajenar y someterlo 4 subasta ptiblica, 6 4 incautacio- nes, entdnces joh nobles corazones aragoneses! os levantariais como un solo hombre, y gritariais contra el sacrilego, contra el impio, contra el racionalista, contra el enemigo de Dios y de su Madre: y ;el desgraciado! no sé yo cual seria su suerte; pues, si os fuera permitido, lo sepultariais vivo en el infierno en castigo de su blasfemia. _ Esta es, mis amados oyentes, la explosion de voces, subitinea y estrepitosa que se verificaria en este santo lugar, si alguno os dirigiese las interpelaciones indi- cadas; pero, yo no puedo ménos de dirigiros una, y lo hago porque estoy viendo pintada en vuestros rostros la respuesta, y porque esta es la prueba mas coneluyente de que todos os hallais poseidos de una misma convic—