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sía $U predic ación derech a al corazón de Clara (PC l XI 1,2). Empezaron a verse y a hablar. El e nt usiamo de Clara creció hasta el punto d e que no retroced ió ante la gran primera d if ic u ltad: su prop ia f am il ia . Así, e l do– mingo de Ramos de 1212 se fu gó de casa durante la no– che y, t ras se r recibida al camino evangeTico por los hermanos que esperaban en la Porciúncula, fu e al monas– te r io de San Pablo de Bastia y, a l os días, al de Santo Angel de Panso , a uno s tres kilómetros de Asís. A los dieciséis días de estos sucesos, su hermana Inés se es– capó tamb ién de casa y se unió a su hermana . Ha bía comenzado la l ucha por e l idea l fr a nc iscano. Pri– me ro hu bo que hace r f rente a l a enorme resistenci a de la familia. Y después vino la dura experiencia de los tr es primer os años de vida evangélica : vida dura , de ex– trema pobreza en la pobrísima c a sa ane ja a la iglesia de san Damián donde Fra ncisco las 1 levó después. Vida de hum i ll ación, de desprecio y de mucho traba jo par a sobre– vivir . Francisco se quedaba admirado del cora j e de aque– ll as mujeres que 1 levaban e l ideal evangé l ic o has ta e l de t a-1 1e her ó i c o. 4. lCuá l fue la re l ación de Francisco y Clara? Posiblemente se trate de una re lac ión hondamente afectuosa, pero un afecto vivido y asumido desde una ab– soluta opción po r e l evangelio . Ellos supieron hacer la combinación prec isa entre esos dos elementos. Hondo tu– vo que ser e l amor porque Clara recordará en su Testa– mento que ella, en su fuero interno, nunca quiso obede– cer a nadie más que a Francisco. Pero todo él hecho des– de la óptica única del Evangelio ya que Clara no se apartó nada del camino trazado con tanta pu reza en los albores mismos de la vida franciscana. lQué aportó Clara a la vivencia del idel franciscano? Podríamos decir sin temor a equivocarnos: la fidelidad al primitivo mensaje franciscano. Tod a su vida ha queda– do caracterizada por esa lucha por e l ideal. Le impusie– ron la regla benedictina, la regla de Hugol ino y otras muchas prescripciones. Pero ella, con esa amable y pacie te terquedad que proviene de las personas que han hecho

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