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(lee Test 25); además, él mismo no quiere aparecer como superior de este grupo que va a Roma y por eso nombran como jefe al hermano Berna r do ( lee TC 46 ) . lPor qué, pues, fue a Roma? D i cho de manera negativa: para diferenciarse de los herejes del tiempo que recha– zaban a la Ig l esia jerárquica. Dicho de modo positivo: El veía con claridad que tanto su camino cr i stiano como el de sus ilusionados compañeros, no sería nada s i no se hac í a en el seno de la Iglesia , única garantía de la verdad. Sorprende l a claridad abso l uta de esta manera d v er l as cosas : l a Iglesia como misterio y ámbito de la fe. Por eso pidió al Papa l a aprobación . de este género de v i da . Y lo hizo con todas las de l a ley, pero a su estilo. Co todas las de la ley porque presentó una "reg l a", como h c í an l os fundadores . Pero a su estilo , porque, a l pare – cer, esa regla (que no conservamos) no e r a o t ra cosa qu un ram i llete de c i tas evangé li cas, seguramen t e aque l las que hab í an con so 1 i dad o su v oc a c i ó n y 1a de sus c ompa ñ er (relee TC 29). Démonos cuenta de que, aunque lnocencío 1 11 era de talante acogedor, no era éste el mejor momen para acud ir al Papa: la cuarta cruzada había fra~asado, los a l bigenses (cátaros del sur de Franc i a) estaban en pleno apogeo, en cont i nuo hostigam i ento a l a Ig l esia, l estados pont i f i c i os llenos de revueltas y l evan t amiento lQué eco pod ía encontrar un grupo de medio mendigos en una curia romana tan ajetreada? Gracias a la ayuda de u cardenal, Juan de San Pablo, prev iamente avisado por el obispo Guido de Asís, parece que Francis co t uvo audienci con e l Papa a qu i en expuso con senc i llez su deseo de v i l i mp i amente evangél i ca. El Papa ventiló el asunto entre apresurado y admirado (lee e l párrafo 1° ,de TC 49; e l resto de l número y los nºs 5 0 y 51 son "amp l iaciones"). Así que Francisco sal i ó de Roma con el gran gozo de ve r confirmado por la I gles i a su género de vida evangé li co. 2 . Los pr i me r os años de Asís. Los días i niciales de la v i da evangé l ica de Franc coy sus compañeros fueron días de auténtico gozo, días
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