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• Francisco de Asís trazaba con frecuencia el signo de la Cruz. Lo puedes ir comprobando: lC 8, 58, 66, 67 , 68, 93, 138; 2C 41, 122, 166; LM 1,3; 2,1.4; 5,9 .10; 11,5.12; TC 16, 23. 3 . La Cruz de Jesús antes que un signo, EXPERIENCIA DE AMOR. • Sin duda, Francisco tenía, al igual que tú y que yo, la costum– bre de trazar sobre su cuerpo y sobre las criaturas la señal de la Cruz. Nace en hogar cristiano; en la Edad Media, época tan propicia para los signos; los Cristos de su época reflejan hie– ratismo regio; no son Cristos sufrientes. La Cruz más que un patíbulo es corona de triunfo; refleja paz, serenidad, majestad incluso. Queda totalmente diluida la experiencia de soledad del Crucificado (contemplemos, por ejemplo, el contorno de Cristo de san Damián. La contemplación superficial de estas representaciones del Cru– cificado no propiciaban precisamente el sentido del dolor, del sufrimiento, de la muerte. • Pero Francisco con su conversión desborda esta visión beatífica (teológica, teórica) del Crucificado. Ve en la Cruz la expresión sublime del Amor de Dios . La Pasión y Muerte del Hijo de Dios suscita en Francisco un au– téntico shock de Amor. Son dichos suyos: * "Tenemos que amar mucho el amor del que nos ha amado mucho". * "El cielo y la tierra son nada en comparación de este amor". Y ésta es su respuesta: * La Cruz se convierte para Francisco en un reclamo de amor. Cuestiona absolutamente, radicalmente, su vida. El descubri– miento del amor de Dios, tan sublimemente expresado en el Hi– jo Crucificado (muere para salvarnos) , le cambian de vida. "En la fuerza de ese amor es capaz de organizar su vida de modo distinto" (Cfr. el apartado C, 3 del Tema) . * El dolor de Cristo, explicclba, esclarecía, daba sentido a todos los otros dolores de los hombres (Cfr . el apar tado C,l del Tema). De ahí que la respuesta a ese grito de amor desde el dolor de Cristo se concretiza efectivamente en un amor a los pobres, leprosos,marginados ... ; es decir; a los más pró– ximos a la Cruz.