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los hermanos conservó. Es a eso a lo que llamamos las Ad– moniciones. De hecho, el estilo es uniforme, y la abundan– cia de citas bíblicas manifiesta la mano de un compilador. Digamos que se encuentran en ellas preciosas perlas de sa– biduría espiritual y que tienen un aire de espejo de per– fección para todos aquellos que se sienten animados a se– guir los pasos de Francisco. No en vano reflejan también aquel ideal humano y cristiano que Francisco se empeñó en llevar a cabo . Es precisamente eso lo que nos interesa re– calcar: en las Adm encontramos no solo el perfil del fran– ciscano, sino el perfil del nuevo hombre en Jesús, del creyente, y creemos descubrir ahí una nueva visión del hom bre que sintetizamos así: • El hombre entra en el camino del evangelio por el don del Espíritu concretizado en el sacramento del pan y del vino: Adm 1. · • ~i te apropias de ese don, si crees que crees por tus medios, estás robando a Dios: Adm 2. • Si concibes la obediencia como un camino de evange– lio vas por buen camino: Adm 3. • Indiferente al éxito o al fracaso: lo importante es que sepas que Dios acoge tu vida: Adm 17. • No eches la culpa de tu pecado al otro, pues el mal está en tu deseo de apropiación; no te arrogues el mérito de lo bueno, pues por ti solo poco podrías: Adm 18 y 21 . • No envidies a tu hermano pues envidias a Dios que es quien hace todo bien: Adm 8 y 17 . • Ten paciencia con tus propiJs limitaciones: Adm 13. • Vive ajustado a la corrección fraterna, pues ya sa– bes lo que eres: Adm 22 y 23. • Ten un verdadero instinto de servicio: Adm 21. •Note creas m6s por los trabajos que otros realizan de cara a la fe: Adm 6 y 28 . Es, pues, un hombre nuevo, el hombre profundamente cristia no, el que propone Francisco en estos dichos llenos de sa~ biduría y de experiencia cristiana.

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