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recho vi gen t e y de un saber estilístico lejano al modo de hablar del santo . i Con todo , Francisco insiste en el Testamento (lee Test 38 - 39) en su paternidad sobre 2R, la cual quiere qu e sea 1a manifestación exp lí cita dil espíritu al que todos los hermanos meno res son llamados por designio de Dios. O Por l o que se puede decir que el espfritu y conteni– do hondo de la 2R proceden del mismo Francisco, lo que queda probado por las muchas expresiones que hay en primera persona . e 2R quiere guardar intacta la vida cristiana de los herm~no s oe la naciente Orden . Y podemos decir, con la per s pectiva que da la historia , que, efectivamente, l o lo gró . Lo cual no obst a para que, en un juicio global, tengamos que decir que en 2R , comparándola con lR, el fervor original ha quedado atenuado. Son las consecuen – cias 'de un oroceso irreversible de transformac ió n. Pe– ro el i deal · quedaba a sa l vo . Este era su gran triunfo. 3 . El estudio orientado a la fe: CtaAnt Esta carta a Antonio es un breve escrito de Fran– cisco al santo de Padua datado en 1223 ó 1224. Es de una cierta brusquedad de esti l o, cosa poco frecuente en Francisco. La carta toca un tema que tuvo mucha i m– portancia para los primeros franc i scanos: la cuestión de los estud i os. Francisco tenía al parecer gran preven – ción contra los estudios. No porque ellos fue ran malos en sí mi smos, sino porque corría r iesgo l a minoridad. Efectivame~te, Francisco habfa observado que el tener ciencia lleva con frecuencia a que e l sabio deje de ser menor, se considere más y desprecie a l os que no saben. Y ciertamente la observación no car ecía de base (mira la evol ución de este punto a través de lR 7/2R 10/Cta Ant). De ahí que el "no apagar el espiricu de ~oración" no es un simple conse jo sino el dejar bien sentada la primacía de la fe, de la adhesión al Evangelio en to– do. Francisco nunca perd i ó su claridad de mente en asuntos como éste. Lo leía todo desde e l Evangelio de JesGs hecho v id a .