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• Tiene este refrán una concreción inmediata p~ra el cre– yente : • Dime con quién te relacionas , a quienes dedicas tu tiempo, quiénes llenan los compromisos de tu agen– da ... , y te diré qué suponen esas personas para ti. • Dime cuánto tiempo dedicas a a la oración, arela– cionarte con Dios, y te diré qué clase de seguidor de Jesús eres . 4. Cristo , Francisco y tú. • Contrasta esta doble columna con tu vida personal: Cristo No repitáis siempre lo mismo (Mt 6, 7) En tu habitación (Mt 6, 6) La voluntad de mi Pa - dre (Mt 7 , 2 1 ) . Llamad y se os abri - rá (Le 11,9-13). Dos o tres en mi nom - bre (Me 11,26 . • Como ves, no se t r ata: •derezar más o menos, Francisco 2C 160: LP 102. 2C 97. 2C 16; TC 27 . LM 10,1 . TC 55 . • ni de hacer una clase de oración u otra; • ni de presentar fuertes motivaciones; Yo - • ni siquiera de utilizar unos métodos u otros; sino de proyectar tu vida en una constante de oración, de comunicación con Dios . • La oración es más que algo importante . Es algo esen– cial; no es la respiración, es el oxígeno (Tema 7° C)