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cia gozosa o triste, en las alturas del monte opa– seando a la orilla del lago, en el llano o en la cueva, en el templo de Je r usalén o en la sinagoga de cualquier pueblo, cuando se encuentra rodeado de gen – te o cuando está en solitario ... ; por encima del có– mo y del dónde, a los apóstoles les impacta que Je– sús ora. --- •Perola oración va más allá de la simple descripc ión, más aún, de su estilo o apariencia. La oración será siempre experiencia or i gina lísima, impenetrable . ¿Quién, fuera de uno mismo, puede introducirse en el mi , sterio del encuentro con Dios. Es actividad única, personal , intrasferible. Por eso Jesús repetirá a los apóstoles: "orad sin desfallecer" (Le 18,1). 2 . Francisco, enséñanos a orar. • Comportamientos parecidos a los de Jesús debieron observar los seguidores de san Francisco cuando le rogaron "que les enseñase a orar" (lC 45): • Francisco de Asís, el seguidor de Jesús,se hace eco fidelísimo del ejemplo y de las enseñanzas de Cristo sobre la oración: "Francisco ora porque se siente seguidor de Je– sús .. . En la medida en que uno sigue a Jesús, puede uno orar con corazón puro" (Tema 7 ° C) . • Aquí, como en e l caso de los discípulos de Jesús, la pregunta no surge desde la simple curiosidad, si no desde la inquietud del que se ha sentido interpe lado por algo vital en Francisco. • La pregunta no es búsqueda de métodos de oración, sino de vivencias, de actitudes. • Vuelve a leer y medita lo que se ha escrito de san Francisco: "E l no era un hombre orante, sino la ora– ción misma " (Tema 7° , C) . 3. Un refrán con sabiduría . • Dice el refrán tan conocido: "Dime con quién andas y te diré quién eres.

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