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y complicó las cosas malgastando cantidad de energías, y aun de vidas, en cosas ajenas al traba jo por el Evangelio. Cara y cruz de una realidad. • No obstante, debe quedar bien claro que no solamente el idea l evangél i co no se ahogó e n la evoluc i ón de la Orden, sino que encontró su sitio en el conjunto de l plan de salvación de la Iglesia. Por lo que podemos decir, con toda seguridad, que el espíritu franc isca – no está bien vivo en l a Orden de hermanos menores , y que e l estilo evangélico de Francisco late en su pro– pio corazón. A este modo evangélico de vida deberán remit irse, en ade l ante, todas l as actuaciones concre– tas del hermano menor. Esa es la continua lucha que 1 leva a cabo qui en vive lo cristiano en el molde de lo franciscano. 4 . Un amplio movimiento de penitencia. Hacemos notar cómo esta estructura inicial de la Orden de hermanos menores posib i litó el que también l os laicos, homb res y mujeres, pudie ran pensar en vi– vir a l estilo franciscano des de su situación concreta. De ta l manera tomó fue rza el movimiento de Francisco, que muchos c reyentes vieron en el mensaje franciscano un camino abierto a su deseo de vida evangélica . Es te arn pl io movimiento de penitencia es l o que posteriormen te se ll amaría la Orden Tercera. De ella han brotado - y siguen brotando muchos grupos y proyectos de vida animados por e l espíritu de Francisco de Asís. TRAS LA VURA EXPERIENCIA VE LA PRIMERA MIS ION FRANCISCANA FUERA VE ITALIA, EL GRUPO VE HERMA– NOS SE VIO NECESITADO VE UNA CIERTA ESTRUCTURA . IBA NACIENDO LA ORVEN VE HERMANOS MENORES, LO QUE SUPUSO UN CAMBIO VE MENTALIVAV EN LA IGLESIA OFI– CIAL, EN FRANCISCO Y EN LOS PROPIOS HERMANOS. ES– TO POSIBILITO LA PERVIVENCIA VE LO FRANCISCANO EN LA IGLESIA, AUNQUE RESTARA ESPONTANEIVAV AL PRI– MITIVO MOVO VE VIVA EVANGELICA. PERO EL ESPIRITU FRANCISCANO SIGUIO VIVO EN LA ORVEN VE LOS HERMA– NOS MENORES

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