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tro del más puro estilo evangélico: sin dine r o, sin saber la lengua , sin conocer la s costumbres, sin car – tas de presentación de la Curia romana (Francisco no quería que los hermanos estuvieran protegidos por el l as, recuerda Test 25-26 ) . El resultado fue una lar – ga J ísta de penalidades y amarguras. Según nos cuenta el cronista Jordán de Gíano, en Alemania fue ron desnu– dados, apaleados, encarcelados y puestos en ridículo porque pensaban que eran herejes. Y según nos cuenta el mismo cronista, en Hungría cayeron en manos de pas – tores que les golpearon y l es echaron los perros por– que pensaban que eran brujos. En Francia también fue– ron tomados por herejes, aunque el equívo co se solucio– nó menos violentamente, Los que pasaron de Espa ña a Marruecos termina ron dego 11 ados por I os sarracenos. Lee TC 62 y AP 44 y verás cómo el balance de esta obra de misiói1 evangélica rezuma desilusión y hasta una cierta amargura. Francisco se dio cuenta de que el grupo había cambia– do. Ya no eran aquellos pocos buscadores del Evange- 1 io, sin prejuicios y libres. Ahora eran muchos y ne– cesitaban de algunos apoyos externos (lee AP 45 y date cuenta de cómo ha cambiado el modo de pensar). lQué supuso este cambio para Francisco y sus hermanos? Ha– bía nacido una situación que los hermanos menores arrastrarían, a veces como pesada cruz, a lo largo de toda la historia. 2. Qué supuso este cambio para Francisco, para los herman os y para la Iglesia. Este "nacimiento" de l, Orden que se hizo por la evolución de los hechos tuvo una serie de importantes consecuencias para todos los interesados en la reno– vación evangeTica que traía consigo~movimiento fran – ciscano. • Para Francisco supuso una gran dificultad, un gran sufrimiento al final de su vida, por no saber cómo con jugar la libertad evangélica con la necesaria estructu ra de un grupo grande. El aceptó los hechos, aceptó las orientaciones de la Curia romana, aceptó el dirigir la Orden lo mejor que supo, pero en su interior él era