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ro rin si 10 - 4 menudo, para su mejor observancia: y esto no así como quiera, sino como si fuesen preceptos que te obligasen á su guarda, haciéndote cargo que para tí ni en esto, ni en otra cosa hay parve- dad de materia, ó falta alguna ligera, sino como si cualquiera transgresión fuese una grave cul- pa, así debes procurar el evitarlas, y correspon- der á tu vocación, como que sabes á lo que fuis- te llamado, los propósitos que con la gracia de Dios hiciste, y los intensos y fervorosos deseos que te dió el Señor de que le sirvieses con toda perfección: por lo que debes ejercitarte en toda virtud, viviendo cuidadoso de adquirirlas todas, -buscando en esto solo la gloria de Dios y de su Santísima Madre, en cuyas manos y corazón pon- drás así este negocio, como todas tus cosas. Para esto has de tener distribuido el tiempo en buenos ejercicios, procurando estar siempre ocu- pado en Dios, por Dios 6 para Dios, en cuanto lo sufre la humana fragilidad. En los tres votos has de ser puntualísimo:- en la obediencia tan rendido y pronto, que obedezcas no solo con la voluntad, sino con el entendimiento juntamente: y no solo á los Prelados; sino á todos, y á cualquiera que quiera mandarte, sea quien fuere, pues debes su- poner, que todos son tus superiores, y que has venido á la Religión á servir 4 todos, como vino nuestro Señor Jesucristo al mundo á servir, y no á ser servido; y así por repugnante que sea la cosa has de cerrar los ojos, los oidos y la boca, y obe- decer no solo de piés, sino con las manos y la ca- beza.