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LOS CAPUCHINOS ESPAÑOLES EN EL €ONCO li~ron al paso a los mision~ros del Congo, y ~tre ellas la dé la lengua, dice : «Una de las mayores dificultades que encon– traron los misi<:>neros para su obra evangelizadora en aquellos p aíses bárb~ros fué, el desconocer la lengua.» Y añade luego que, así como los dominicos y jesuítas que evangelizaron América se dedicaron primero a aprender la lengua de los respectivos paí– ses, debían haber hecho otro tanto los misioneros capuchinos del Congo. «Es en esto únicamente-d~ce por fin-en lo que los capuchinos enviados al Congo n~ estuvieron acertados» 5 • De esa falsa: acusación se hizo 'también eco· el p ropio Barón de Henrio~. cuando afirma que los misioneros del Congo. «no estando familiarizados con los dialectos del país, hicieron pocos progresos» 6 • A esto he de contestar, desde luego, que no fueron pbcos los progresos alcainzados por los capuchinos en el Congo, corno lo pitUeban sobutdamente la misma obra del P . Cavazzi 7 y las que más adelante he de citar, y añado que no fué esa dificultad insu– perable ru la mayor, como más adelante veremos. Por lo demás, tengamos presente que cuantos misione.ros ha– bían ido al Congo antes de los capu chinos, como habían sido los dominicos, franci scanos, jesuítas y carmelitas descalzos muy poco o na:da se habían preocupado del aptendizaje de la lengua. y por lo menos podemos a firmar que no dejaron ni gramáticas, ni diccionarios, ni siquiera un mal vocabulario para que los que habían de i,r después de ello.s a aquel ,cMílpo de apostolado, pu– diesen ap1ender lai lengua que tan difícil se hacía a todos. Unos y otros se contentaron con valerse de intérpretes, como de ellos se valieron también los capuchinos. al menos los que fueron en las primeras expediciones. Por otra parte, en nuestros días el estudio de las le.nguas, por rrluchas d,ificultad'es que ofrezcan·, es facilitado con la publicación de gramáticas, de métodos, de manuales de conversa-eión, etc. ; pero en aquellos tiempos, y sobre todo por lo que hace a la len– gua del Congo, no existía nada de 1 todo eso. ¿ Cómo y por dónde iban a apr,encler la lengua de aquel país cu'a•ndo ll1ega'ton a él los 5. 1híl.l., 1 IJ, 152-4. 6. Historio Oencrut l.lc tus 11 •~iollc8..., trad. al castellano por los se11orus C-nrbone– ro y Sol, Magán Y caballero, IT, segunda serle, Borcelonn 1863, 346-7. 7. P. Glov. Antonio [GavazzlJ da :\lontecueoolo, O. F. M. Cap., /storica nesc.-lttio- 110 <IP'lr•• Reoni, Conoo, Mntuml,11 C'I Anoola, Bolr,irna 1687. •

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