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Conclusión. Por todo cuanto antecede podrá sa•carse fácilmente la conse– cuencia de que los capuchinos no descuidaron, como afirma el P: Labat. el aprendizaje de la lengua del país donde fueron a mi– sionar; antes bien, supieron, no obstante l¡ gran dificultad de la lengua congolesa, esforzarse por llegar a hablarla, consiguiéndolo con gran éxito, y trabajaron luego por componer calecis_mos, gra– máticas y diccionarios, y eso ya en los primeros años de su apos– tolado, precisamente es,os años desde 1645: en que llegaron por vez primera al Congo, hasta 1658, en que los capuchinos españo– les, por razones de política internacional, tuvieron que ·abando– narlo para dejar aquel campo de apostolado solamente a los ita– lianos. Si no se descuidaron en otras cosas, co!Tio el mismo escri,tor afirma, tampoco se ·descuidaron en esto. La prueba la tiene el ledor a la vista. BUENAVENTURA DE CARROCERA, 0. f. M. CAP. - 22 -
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