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LOS CAi?UCHINOS ESPAÑOLES EN EL CONGO BOrt?,,f\te y de mucho valor, según ya hemos visto. Esta·ba· de Pre– fecto y residía en San Salvador preci.samettte los años en que fué compuesto el vocabulario, y él es quien nos dice que con ayyda de Reboredo «se había compuesto un vocabulario», palabras que indican manifiestamente que no fué él solo quien lo compuso, sino que también tomaron los misiqneros parte en la obra. Hay además una razón sumamente poderosa y que salta a la vista, y es que si Roboredo ex,clusivamente lo hubiese compuesto, np se alcanza el por qué no lo hizo en latín y congolés, si en ge, n.ei ;é\l se habí.a de buscar la utilida.d de los misioneros, o tam– bién en latvi-:.f>Oltugués-congolés, ya que el pqrtugués e.1;a la len– gua por él hablada; en cambio está redactado en latín-español– cor;¡golés, lo cual es harto significativ•o. Por todo ello no nos cabe la menor duda de que •también los misioneros capuchino.s del Congo tuvieron parte notable. en la redacción del discutido vocabulario. Por eso hacemos nuestras las conclusiones del P. Hildebrand en este asunto, al afirmar que la redacción del vocabulario c<fué he.cha a petición de los Padres, quienes pueden con justicia atribufrse parte del mérito de tan bella empresa», y que ((eL vaca.bulario parece. trabajo co– lectivo de los n:u.evos misioneros, bajo la dirección de Robo– redo» 39 . De ah_í taml;>ién.. que, por ser el c.:as,te.llano una de la~ t res len– guas que forman el vocabulario, hay que buscar los colaborado– res de Roboredo, no en los italianos, sino entre los españoles, como es evidente. ' '( esa gloria de los misioneros capuchinos españoles en el Cor.tgo iilo h~y que atribuírla al P. Antonio de Teruel, ya, que él mismo nos dice que cua·ndo él comenzó a est1;1di;;1r la lengua ya existía dicho vocabulario, sino más bien a los padres Buena– ventura de Cerdefia, José de Pen;iambuco, y Francisco de Veas, los cua~s estuvieron en San Salvador dedicados a la enseñanzc1- de los niños y de los jóvenes en las escuelas, justamente esos años en que fué compuesto, Y de quienes a simismo nos consta que sabían y •hahlaban la lengua congolesa. como ya anterior– mente hemos hecho notar. A ellos , pues, ten~mos Y cons ideramos c0'rmo los verdaderos 3e. o. ~ .. 264. 15 - "

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