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LOS CAPUCHINOS ESPAÑOLES EN EL CONGO do, entre otras cosas, que conocía p"crfoctamente la lengua del país y que con ello podía prestar a la Misión excelentes servicios. alegando que había dado ya algunas lecciones a los religiosos y les halbía iniciado en la lengua congolesa. ccAñadía que con su ayuda se había compuesto un vocabulario, y al mismo tiem– po se esforzaba por obtener de. la Sda. Congregación el envío de una pequeña imprenta con el fin de editar ese P.recioso ins– trumento de trabajo» 33 , es clecir, eJ vocabulario. «Este testimonio del P. Prefecto-dice. el mismo P. Hilde– brand--es muy importante por lo que se :refiere a los orígenes del primer vocabulario congolés.. . Gracias a la carta del P. Bue– naventura de. Alessano sabemos que existía un diccionario con– golés antes del -de ,nuestro misionero Y. que dicho diccionario se había conservado en la casa-convento de San Salvador, clonde vivió precisamente el P. Jorge cuando escribió su célebre te~to. Bien a las claras está que no iba él a emprender la ardua tarea de componer uno nuevo teniendo ya otro a mano» 34 • De lo <licho se colige evidentemente que ya antes de. la lle– gada del' P. Jorge de Gela al Congo, en 1651 , tenían los misio– neros un vocabulario que <bien podemos identificarlo, en cua-nto a' su texto, con el que nos ha dejado dicho misionero. Valga también el •testimonio del P. Antonio de T e ruel. Cuan– do este Padre llegó a Banza de lncusu, ·el 4 de octubre d e 1650. se encontró allí al P . José de P ernambuco, quien ya entendía la lengua del país y hacía sus pláticas !)or escúto. Dicho P. P er– nambuco 111.vo que ausentarse por dos meses y entonces el P. T e– ruel, que no estaba más que iniciado en la lengua, al verse solo y sin intérpréte «por no dejar al p ueblo sin doctrina y sin pláti– cas, me di-nos dice- a componer algunas oon unas reglas gene,. rales, valiéndome de un vocabulario. que se había compuesto» 3.5, Es decir, que ese vocabulario estaba compuesto ya en 1650. Por lo demás, no• sólo se había compuesto ya en 1650, s ino también antes de mediados de 1649, como nos lo ha dicho el P. Buenaventura de ·Alessano en su carta arriba mencionada, y asimismo a mediados de 1648. según testimonio del P . Jerónimo !3. Hlldobrand, o. c., 2.60, 263. 34. / l,/ú., 263. is "s. ~-533, 103. - 1:: -

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