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= Ye No apetezcas otra cosa, A que ser a tu Esposo grata: huye toda vanidad, pues mucho le desagrada. Si lo mundano desprecias, y por lo eterno te afanas, serás de tu Criador el templo, mansión y estancia. Ves aquí aquel alto honor a que no llega un monarca, que con su honor engreído aun sobre sí se levanta. Imitarlo no apetezcas en esta gloria tan vana: en ella a una flor del campo, ni aun Salomón se igualaba. Aquella mística esposa de quien los Cánticos hablan, la respetaban señora aun las reinas coronadas. Gózate de ser con Cristo reputada por esclava: esto te interesa más, que la corona de España. 6 : uo De tu prójimo a ninguno yy reputes por cosa baja: mira la imagen de Dios en ellos representada. No lo agravies, ni desprecies, no le pongas mala cara: Dios contigo habrá de hacer lo que tú con ellos hagas,