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> ER Este es un hurto fatal, que a Dios ya tí perjudica: delincuentes de esta especie son propiamente deicidas. En el reino de los cielos, no hallarás jamás cabida, mientras tu virtud no abunde mucho más que en los escribas. Estos sólo en lo exterior, su virtud constituían: sepulcros por fuera hermosos llenos dentro de inmundicia. Abomina tal engaño, aquel ejemplo no sigas: el Señor como tan justo toda ficción abomina. No te dés por satisfecha con ser de la Virgen bija: el hábito que ya vistes, a que la imites te obliga. El hábito no hace al monge, ni él sólo lo santifica: el llevarlo sin virtud, es culpable hiprocresía. Sirve pues a tu Señor con mente pura y sencilla: él te amará si le amas, te olvidará, si le olvidas. La salvación de tu alma jamás la pierdas de vista: si la mira aquí no pones, ¿a dónde pondrás la mira?