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— . enmendemos en mejor lo que ignorantemente he- mos pecado (72): lloremos nuestros excesos, si queremos ser dichosos (73); y sepamos, que sin llanto no hay perdón, sin perdón no hay gracia, sin gracia no hay mérito y sin mérito no hay glo- ria: lloremos' todos, pues en iniquidad y pecado fuimos concebidos (74): lloren los justos, pues con el justo Isaias pueden y deben decir, que todas sus justicias son' como un paño 'asquerosamente manchado: quasi pannus menstruate universo ejus titive nostroe (75). Lloren- los pecadores, pues su pecado siempre está clamando contra “ellos ante Dios (76). Lloren los párvulos, pues tampoco es: tán libres de culpa, aunque su vida sea de un solo día sobre la tierra; como San León confiesa: nemo mundus d sorde neque infans, cujus vita uwmus el diei super terram (16). Lloren los adultos pues: to: dos con Isaias debemos confesar, que cómo ove- jas erráios, declinando cada cual por la senda de nuestros apetitos y. pasiones (77) Lloremos pues todos delante del Señor que nos hizo, porque él es muestro Dios y nosotros ovejas desu rebaño; y su pueblo (78) escogido er Oristo'antes de la cons- titución del mundo; para que fuésemos santos (79) y para:que sin temor, libres de las manos de-nues- tros enemigos; le sirvamos'en Santidad y justicia AD Matt.5. 5. 165) Leon. Sem. (19 Paut.ad.Eph. 73) Psalmi, 50. 6 Nat, D. 1.4 (74) Isai04 6. AT) Isal, 53. 6. (15) Psalm. 50. 4. 78) *-Psalm: -94. 6.

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