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Y cir ésto? no es cosa triste por ventura lo que hos avisa Dios por Jeremías (68): sabe y ve que te es malo y amargo haber dejado á tu Dios al tiempo que te guiaba por el camino de la vida eterna: scito; et wide, quia malum, et amarun est reliquissete Do- mum Deum tum, eo tempore, quo ducebat te per viam? (68) No es cosa amarga, lo que dice David, que apartándose los juicios de nuestra vista y consideración, seremos dominados de todos nues- tros enemigos: auferuntur juditia tua á facie ejus, omntum inimicorum suorum dominabitu? (69). ¿No es cosa triste, que habiendo el hombre perdido 4 Dios por la culpa; no le queda des- pués: donde fijar el pie en seguro ni donde volver los ojos; que no eneuentre con mortales 'eénemi: gos que le presentan sangrienta guerra: pugnabit pro' eo orbis terrarum contra insensatos (10)? ¿No es cosa amarga perder la filiación adoptiva de Dios y de María, y el derecho que como hijos te- nemos al reino de la: Gloria suya, y hacerse es- clavos del demonio, y acreedores ú sus eternos tormentos? ¡Oh, Santo Dios! ¡Con cuánta propie- dad está escrito, que todo pecador es ignorante (71), pues á la vista de tantos daños como acu- mula el alma por la culpa, se atreve á decir, que aunque ha pecado ninguna cosa triste le ha su- cedido! Conozcamos nuéstro peligro y nuestro daño, y 68) Jerem. 2. 19. 69% Sap. 5.21. (1H Eccl. Dom. 1 (68) Ssalm. 9.27. (710) Psalm. 58. Quadr.

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