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—19-£ que despide elvoro purísimo de! lk mayor perfec: ción de que se: compone (54), detiene nuestros pasos, no para que retrocedamos, sino para -que volviendo sobre: nosotros mismos reflexionenios lo que miramos, y dejandó la investigación cu- riosa registremos este portento, con: el ánimo solo de copiar en nosotros alguna partecilla de su per- fección:¡nmensa. Péro cuidado; devotos oyentes múoz, que para mirar de cerca esta! visión: grande y prodigiosa, es necesario que dejemos al pié del monte de la oración: y contemplación los criados: de muestras viciosas: inclinaciónes, y el jumentillo de la pro- pia dominante pasión, como otro Abrahan (55); y después de esto nos descalzemos de los afectos terrenos para más libremente, y con mayor de: cencia-llegarnos como otro Moysés (56) ásinves- tigar de cerca lo-que: en el monte se nos proponé á la vista; mecesario es subir al alto monte. de la perfección para lograr ver de cerca lo que preten- demos registrar; que aun por esó para conseguir- lo fué llevado en espíritu 4 un altoy grande mon- te el sagrado Evangelista, á quién esta visión se le mostraba:(57); pero reparar loque dice; «que fué llevado en espíritu, para darnos á entender lo libres que debemos estar de toda pasión y anfee- ción terrena: ó mundana para lograr tanta dicha. Habla pues San Juan de las excelencias de es: bb) Apoc.?1.18. 560) Exod:8-3. etó. (65) Gen. 22. 5. 57) Apoc. 21. 10.