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mos bajo otro aspecto; el peligro de las inslituciones es ménos grande cuando aquéllas son atacadas directamente por las pasiones brutales y ciegas , que cuando la refinada malicia las conduce 4 un estado lamentable; en el primer caso, el arma es la espada y el ariete, porque el enemigo se sirve de todo medio para destruir; y mas facil es resis- tir y vencer al adversario que se presenta noblemente en campo descubierto, que no al insidioso que sdlo se sirve ' de la estrategia y la emboscada. La Religion ha sido ata- cada de todos modos; mas los enemigos han venido unos de frente, otros por los lados, y otros, mas alevosos alin, por la espalda; aquéllos eran los gentiles, que decian al cristiano: «O creer en mis dioses, 6 morir en mis tor- mentos.» Estos los herejes, que sin querer destruir la Religion, la pretendian subyugar 4 sus ideas privadas, quitando de ella los dogmas que mas les repugnaban. Estotros son los racionalistas, que, armados de punal y de veneno, armas innobles y traidoras, quisieran arro- jarse alevosamente sobre la Religion y darla muerte, para poder decir 4 los mortales en seguida: «Mirad‘cuanta es la fuerza de la razon; ya no hay Religion sobre la tierra, la hemos destruido y aniquilado. » Tambien las glorias de Maria han sido atacadas de este modo ; la habeis visto, sin embargo, salir con victo- ria de los embates de la barbarie, y lo mismo la vereis triunfar de la herejia insidiosa y del racionalismo aleve y perverso, ; Cosa singular! No parece sino que los here- jes se prestaron 4 hacer en el teatro de la Religion el "papel del contraste, para que aquella saliese mas gloriosa y esplendente; por mas que la viesen invulnerable, nun- ca dejaron de arrojarla saetas; por mds que la viesen ro- deada de luz, nunca se cansaron de presentarse junto & Ella Gon mil vértigos de tinieblas y de error. Esto se ve en las prerogativas de Maria atacadas por los herejes. Os pido amigablemente nueva atencion. |