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504 , y no encontrais en ellos sino nombres ilustres, empe- radores, principes, reinas, condestables, generales, hé- roes; todos han recibido beneficios singulares de Maria, y han venido de largas tierras 4 postrarse en su templo, a dejar en él riquisimas lamparas de plata y oro macizas, a adornar la imagen de Maria con los mas preciosos ade- rezos de diamantes y rubies, 6 bien 4 consignar sumas inmensas para construir un templo que dure hasta la consumacion de los siglos. ;Ay! Nosotros no tenemos el placer de ver todas estas grandezas, porque los reforma- dores del siglo xvi encontraron que era idolatria el ofre- cer dones 4 Marfa, y despojaron los templos y los altares, y otros herejes mas modernos pretendieron que era pre- ciso adorar 4 Dios con sencillez, y acabaron la obra que empezaran sus padres infernales, trasladando 4 sus mesas, como impios Baltasares, los vasos y adornos consagrados 4 Dios y 4 Maria. ; Ah! ;Cémo cambian los hombres...! Pero dejemos la negra pagina en que estan consigna- dos los atentados de la sacrilega avaricia , y notemos este acontecimiento tan plausible. para la gloria de Maria. Desde que Ella hablé sobre sus glorias hasta la épo- caen que toda la tierra unanimemente confesaba la fé de su Hijo, ha sufrido la humanidad los mas terribles golpes ; han desaparecido imperios colosales , han caido en la nada naciones poderosas, han hecho irrupciones espantosas los birbaros sobre los civilizados, han caido en desuso las deyes mas sabias, confusamente se han atacado’ y vencido romanos, francos, celtas, sajones, eslavos, godos, iberos y africanos; las ruinas de los pue- blos encerraban bajo su terrible peso cuanto formaba las esperanzas de la humanidad ; en la terrible lucha que sufrié la ciencia contra la barbarie, apénas se viera una rifaga de luz; como caen los viejos torreones: atacados por gruesa artilleria, como se reducen 4 polvo las ciuda— des bombardeadas por guerreros sin piedad , asi perecian