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vea un enviado del Sefior ; sucesivamente vendran los * — Isaias, los Jeremias, los Danieles y Ezequieles, los Micheas, los Joeles, los Malaquias y Zacarias, que, no sdlo predicen los caractéres del Mesias, sus ignominias y sus excelencias, sino que sefialan el siglo y el afio de su venida, refiriendo tambien las nobles prerogativas de su Madre, de tal modo y tan expresamente, que no parece sino que veian los acontecimientos, no faltando sino nombrar a la Madre de Dios para conocerla. Si, afladid 4 la gran profecia de Isaias el nombre de Maria, y direis que este Profeta es un evangelista del Nuevo Testamento. Poned el nombre de Maria en el cap. xiv de Ezequiel, y direis que escribia cuando la virginidad de la Madre de Dios era alacada por los Helvidios y otros hombres fand- ticos de la era del Cristianismo. Hé aqui, sefiores, un hecho que no puede negar ni oscurecer la impiedad delirante: despues del pecado de Adan se oye la promesa divina de la redencion futura, y Dios va preparando paulatinamente al mundo para el tiempo de lareparacion , conservando en el género humano, esta esperanza por mil medios de su sabiduria infinita: primero habla 4 los Patriarcas ; luégo vienen los simbo- los y figuras ; despues hablan los Profetas, inculcando todos la idea del Cristoy de su Madre, y la época de su aparicion como aquella en que por medio de ellos se daria paz 4 la tierra, dicha al mundo y gloria 4 Dios. Raciocinemos, pues, despues de haber registrado con rapidez cuanto ocurriera en todas las edades. Al poco de haber empezado la época precursora del Cristo, cuando la mayor parte del pueblo escogido habia abandonado la ley . desu Dios, se levanta Elias, aquel que por su celo y persecuciones fué el mas acabado tipo del Redentor del mundo. Ely los sacerdotes falsos fueran la personifica- cion de Cristo y de Lucifer, de la verdad y de la mentira. No es mi dnimo referir aquel triunfo brillante que Elias

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