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fesar que lengua humana no es capaz de delinear las magnificas figuras con que es representada Maria. La inauguracion de esta gran época empieza por la zarza de Horeb, verdadero simbolo de esta criatura, inflamada toda en amor divino desde el momento de su Concepcion; de esta criatura que aparecié en el desierto del mundo abra- sado todo con los ardores del pecado, sin que la mas mf- nima lesion pudiera tocarla 4 Ella. Fué esta época, seiio- res, el periodo en que Dios ostenté su poder; el cielo y la’ tierra parecia que habian concebido y engendrado por largo tiempo una muchedumbre de milagros , que entén- ces debian dar 4 luz para asombro de los mortales. Si va- mos 4 Egipto, vemos trastornados los cielos y la tierra al simple movimiento de una vara que es la figura de Maria; si al mar Rojo, encontramos un ejército innumerable lleno de despojos y laureles, otro sumergido entre las aguas 4la simple insinuacion de Moisés armado de la vara, al propio tiempo que la misma hermana del legislador le sale al encuentro con otras virgenes del pueblo santo, en- tonando brillantes cénticos de alegria en honor del Re- dentor de Israel. Si entramos en el desierto, veremos la figura de Maria en cuanto Dios ordena 4 Moisés respecto del Tabernaculo; Ella el arca santa que conserva el mana - Novido del cielo y la vara de Aaron; Ella el Sancta San- ctorum donde no es licito que éntre ‘ningun profano; Ella esta cifrada en el racional, en la tiara, en el efod, y en cuantos adornos sacerdotales hay en el culto de Moisés. Trasladémonos al campamento de Israel, y no sdlo la en- contrareis en todas las victorias precediendo & los escua- drones en hombros sacerdotales; siendo siempre el pala- dion del pueblo escogido, sino que oireis sus alabanzas dichas por los mismos enemigos del Sefior. E] adivino Balam es llamado por el principe de los madianitas para que maldiga al pueblo hebreo antes de entrar en combate con él; llega el falso profeta, sube 4 un alto monte, echa “ Zz, |