BCCPAM000591-3-12000000000000
cs e A: . a > m/ y alianza entre fil y los hombres. Intitil es detenerse en probar lo que tienen demostrado hasta la evidencia los Agustinos, los Bernardos, los Ildefonsos y Anselmos. Maria es ese arco celestial que aparece siempre que el — cielo se halla airado contra nosotros; sin su poderosa me- diacion, quizis nosotros hubiéramés perecido despues que tuvimos la desgracia de ofender a su Hijo: la deses— peracion y desconfianza no tienen entrada en el corazon del pecador, pues por muchas y enormes que sean sus culpas, puede elevar sus miradas al cielo , seguro de que encontrara en él 4 esta Madre que interponga su media- -cion. Pero no singularicemos la materia que tratamos; nos encontramos en la tercera época del mundo, época en que Dios empieza 4 preparar 4 lo léjos los medios de venir al mundo; Maria va 4 verse delineada en cuantas: palabras habla Dios con Abraham, Isaac y Jacob, y en todos los acontecimientos. No basta que con juramento prometa Dios al padre de los creyentes que en su semilla han de ser‘bendecidas todas las gentes, que su linaje ha de ir en linea recta hasta David, y desde éste hasta Cristo, por medio de Maria; no basta quecon la mas sorprendente vision y{é de los Patriar- cas, ora se represente el sacrificio de su Hijo en la cima del Moria , ora vea Jacob aquella escala que tiene su cimiento en la tierra y su cima en el cielo; no basta que en mil ‘ acciones portentosas vean los tres grandes campeones del pueblo santo al Cristo y 4 su Madre, pues Dios quiere dar al mundo en aquella época un tipo de Maria en cuantas mujeres herdicas florecen; Sara con su hermosura, Re- beca con su prudenots, Vita con su fecundidad, Raquel con sus gracias, todas avuncian que en los tltimos tiem- pos aparecerd la que las vencera en prudencia, en virtud, en pureza, én hermosura, con tantas ventajas cuantas tiene el sol sobre los planetas. Al recorrer la cuarta edad del mundo, es preciso con-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz