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_ de este padre desventurado, podian ser hijos de Dios y ~ -. entrar en alianza con El. H¢ erit signum federis in- ter me, ete. : . Este mismo pensamiento va 4 ocupar mi espiritu y vuestra piadosa atencion en este breve rato, despues de invocar los auxilios divinos. Virgen augusta, entre tantas glorias como os rodean “+ desde que en la mente diyina fuiste predestinada 4-ser Madre del Pacificador del mundo y fuente de toda gra- cia, quépaos la insignificante de guiar hoy mi lengua _ imperita, para que con dignidad y grandeza pueda elo- giaros, demostrando 4 cuantos me oyen que Vos sois la 4 sefial del pacto de amor que existe entre Dios y los hom- fo bres. Esta gracia os pedimos todos, saludandoos con el post angel. ahs site gia AvE Maria. Toda la dicha del hombre despues del pecado tenia que pender de un hecho portentoso, en que quedaria vie- toriosa la werdad y vencida la mentira; el teatro de esta + herdica hazafia seria el Gdlgota ; los atletas serian el Verbo encarnado y el angel rebelde, 4 quien Dios emplazara con’ estas palabras para un dia de combate entre El y el que _ habia enredado al hombre en sus disimulados lazos. «Yo, le dice , pondré enemistad entre ti y una mujer, entre tu semilla y la suya; Ella estrellara tw cabeza , y ti pondras asechanzas 4 sus calcafiares.» Encierran en si tanta gran- deza estas palabras, que no han bastado atin seis mil aflos para aitucidiar. cuanto hay en ellas comprendido. En. pocas razones, Dios hizo una admirable descripcion _ de los magnifficos resultados que tendria la Encarnacion de su Hijo, explicando tambien la singular jerarquia a que era sublimada la mujer que entre tantas hijas de Adan tuviera la dicha de engendrar, dar 4 luz y amaman-