BCCPAM000591-3-12000000000000

cipes en el cielo; asechanzas ominosas de espiritus inquie- tos y perversos en la tierra ; tirania ejercida por Lucifer en el género humano; miseria espiritual en toda la des- cendencia de Adan por efecto de los fraudes de un ene- migo astuto, y altaneria de éste por creerse duefo del mundo. «Pero esto concluy6, dice la cantora celestial: la edad de oro empieza: Dios se ha levantado 4 combatir, y wha hecho alarde de su poder; desbaratadas estan las mi- | ras del corazon de los soberbios, derribado el sdlio de los poderosos, han quedado sin nada los ricos, y los humil- | des se sientan ya en trono de gloria, y colmados estan de bienes los hambrientos. Y todo esto ha sucedido, con- . cluye la Virgen, porque Dios, acordandose de su miseri- cordia, acogié a Israel su siervo, cumpliendo la promesa hecha & su amigo Abraham y 4 su descendencia, cuyos efectos duraran por los siglos de los siglos.» Hé aqui, compendiado, lo que la Virgen Maria dijo en su canto. Pero dos cosas debo haceros notar, una dé las _ cuales descuella entre las frases de la cantora, como si bligado de todos sus acentos, y es que la 4 Sdlo la misericordia de Dios cuanto ha Virgen atri buye hecho en Ella, cuanto’ hizo a Israel, cuanto prometida - Abraham, y cuanto cumplira por toda la eternidad. «Nada mereciamos nosotros, dice Maria; nada podiamos exigir de Dios: es su misericordia la que nos crié y adorné con su gracia; es'su misericordia la que nos libra de la tira- nia de Satanas y nos redime ; y por efecto de esta mise- ricordia, hizo su gran promesa en el paraiso, la reiteré 4 - Abraham, Ja confirmé en Israel, y la cumplira por los siglos de los siglos.» Y no me quiero detener aqui4 refe- rir cuanto abarca en esta sola frase el espiritu gigantesco de la Virgen, porque deseo manifestaros que hay otra cosa. encerrada en el cantico, de la cual Ella nada dice con claridad, no obstante que se desprende de cada una de sus palabras. Pero lo que no dice la Virgen con toda cla-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz