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19 corazon residiesen en su centro para siempre. Civitas. regis magni. Elevemos, pues, nuestro regocijo hasta lo mas alto de los cielos, de donde Maria nos ve y nos oye, y donde se alegra con nosotros, con tal que nuestros cora- zones estén puros y nuestras almas libres de pecado. jOh Virgen Inmaculada! Desde ese trono de gloria donde residis al lado de vuestro amado Hijo, ydesde donde ~ contemplais la alegria de vuestros hijos en este dia glo- rioso, volved una tierna mirada sobre los que estamos bajo tu amparo; extended vuestra mano benéfica sobre estos _ vuestros hijos, que tienen tanta’ gloria en saber que su Madre puede sacarlos del pecado y conducirlos al cielo. Y asi como nosotros tenemos el mayor empeiio en solem- nizar aquel instante en que vuestra alma inmaculada fué infundida en el velo mds hermoso que jamas tuvo la gracia divina, asi Vos joh Madre nuestra! interesaos en prote- gernos en aquel instante en que nuestras almas han de abandonar su habilacion terrestre, de la cual por vuestra intercesion salgan para ir al otro mundo tan puras y gantas como Vos estuvisteis cuando entrasteis en éste. _ Asi sea, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo.