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wa ra en 48 jhabrian cubierto sus resplandores los vapores de la cul- pa? Siempre terrible como el ejército bien ordenado, ghu- __ biera sucumbido 4 los tiros infernales? ;Oh! No. Desde su primer momento Maria vencié al demonio, porque en é] la demostr6 su Hijo-Dios todo su amor y carifio: desde toda la eternidad Ella era la tinica paloma, la tinica per- fecta y la unica escogida, y nada de esto hubiera sido si no hubiese aparecido sin mancha desde el primer ins- - tante. ;Oh instante feliz! jInstante privilegiado! jIns- tante tan amado de Maria! ;Qué emociones tan duleces no siente mi corazon al recordarte! ; Instante en que Maria, no sdlo fué distinguida de todos los demas hom- bres , preservandola el cielo de que no cayese, sino tam- « bien fué elevada sobre todos los dngeles por los hermo-. sos atavios de gracia y virtud con que la adorndé Aquel que seria su Hijo, Aquel que un dia estrecharia en sus brazos, y 4 cuyas plantas vendrian los mismos serafines 4 adorarle 4 El y &adorar a su Madre! Cantemos, pues, al Sefior himnos suaves y jocundos, por el amor que demostré su Madre al criarla mas pura que los angeles; los fundamentos de esta santa Sion no fueron ‘echados sino entre las fiestas. y regocijos de los habitantes de la tierra. Mundatur exultatione wniversa terra, mons Sion, civitas regis magni: Maria es este monte | Santo, Maria‘es esta ciudad donde viviria el gran Rey; los cielos y la tierra estaban demasiado manchados; la idolatria habia lenado de horror todo el mundo conocido; habia ofrecido sus incienses, no sdlo4 las estatuas’del demonio, sino 4 la milicia del cielo , al sol, 4 Ja luna, a - los astros; todo estaba manchado, y de todas partes habia pretendido la malicia humana arrojar 4 su Dios, hasta que se echaron los fundamentos de esta ciudad, & donde no pudo penetrar ni el pecado ni su sombra. Civitas regis magni: lugar santo de la habitacion y morada del Eterno, elegido y santificado por El, para que sus miradas y su