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Dios para hacerse hombre, pues otros muchos tuvieron esta dicha, aunque en grados mds remotos. La tuvo Abraham, Isaac, Jacob , David y Aminadad ; la tuvieron aquellos Reyes poderosos, aquellos capitanes valientes, aquellos Pontifices venerables, y, por fin, todos aquellos personajes ilustres que, segun San Mateo (cap. 1), fue- ron los padres de Jesus segun la carne, pues de ellos pro- cedia la Purisima Maria. Nada ménos que esto anunciaba Dios 4 Abraham cuando le prometié con juramento que de sus hijos saldria uno en quien serian bendecidas todas las naciones; y esto mismo confirmé al Rey David, ase- gurandole que de su estirpe seria Aquel que con toda verdad se llamaria Rey de los Reyes y Seiior de los sefio- res. Si; la sangre que. el Verbo tom6 en Maria era la san- _ gre de un David, de un Abraham, de un Noé, de un Adan, y, por consiguiente , todos estos santos Patriarcas y Profetas contrajeron con el Hijo de Dios humanado alianza y consanguinidad. Pero en la prerogativa de venir al mundo exenta de la culpa original, de ser preservada para que no cayese, no, no hay en la larga série, desde Adan hasta el tiltimo ae sus hijos, quien comunique con Masia; ninguno entra en el mundo sin someterse 4 la ley original; todos mueren por haber pecado en su primer padre; mas nada de esto comprende 4 Maria, porque Ella sola es la tinica paloma, la unica perfecta y la tinica es- cogida. No tienen parte en esto ni Abraham tan fiel, ni _ el,obediente Isaac, ni el tan amado Jacob, ni el piadoso David , ni alguno de los héroes cuya sangre se trasmitié a las venas de Jesus. Todos tuvieron en su concepcion el pecado; sola Maria no tuvo mancha alguna: todos fueron esclavos de Satanas; Maria sola fué libre: todos aparecie- ron entre densas tinieblas; Maria sola empezé 4 existir toda esplendente y luminosa. Una est, etc., etc. Mas)jcuan perfecta, amados mios! Cuanto .mas dese= mejante fué Maria en su concepcion de la masa comun,