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sus tesoros; Ella es la dotada de privilegios los mas raros y admirables, y sdlo por haber sido destinada & la obra de la Redencion del mundo, por ser Madre del Redentor, fué elevada, como ensefia ai Angélico Doctor, hasta los limites de la Divinidad ; y colocada en ellos, despide tan- tos rayos de luz, que se hace inaccesible aun 4 los mas gigantescos entendimientos de los Santos Doctores. Seria ciertamente una temeridad el derogar algo a esta prero- gativa de Maria para darlo 4 Jas otras; pues entre los fa- vores que el cielo la concedid, éste es, dice San Bernar- do, el que la distingue de todas las demas criaturas , no - habiendo tenido semejante en las que la precedieron, ni _ pudiéndolo haber ya en las que la sucedan. Ser Virgen _ y Madre de Dios, es el privilegio exclusivo, la prerogativa mas alta y la fuente divina de la cual se derivan los otros dones y privilegios. Esto no obstante, en la Concepcion Inmaculada se deja ver un amor especialisimo de Dios, que no se divisa en la maternidad divina. Estadme aten- tos, y quedareis convencidos. Todo el valor de la maternidad divina se reduce 4 que Maria contrae un parentesco estrechisimo, que la vineula de dos modos con la Trinidad augusta: vinculo de afini- dad con el Padre y el Espiritu Santo; vinculo de consan- guinidad con el Verbo humanado, al cual podia decir al estrecharlo en su pecho: «Este es hueso de mis huesos, y carne de mi carne.» Hoc nunc os ex osibus meis et caro est carne mea. «jDignidad altisima, exclama San Agustin, y que ninguna lengua puede expe «jDignidad inmen- sa, dice San Pedro Damiano, donde todo entendimiento se pierde, por laborioso y perspicaz que sea!» «jDignidad suma, segun San Lorenzo Justiniano, por la cual Maria es tanto mas superior 4 todo lo criado, cuanto mas se acerca al Criador!» Pero consideremos por un momento que dun siendo Maria consanguinea del Verbo humanado, no fué - Ella sola la llamada 4 suministrar la carne y sangre : i |

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