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bundo, Ella se ofrece 4 los perseguidores? Y si no fué martir en el cuerpo, no fué ciertamente sino porque el verdugo no se atrevié 4 sacrificarla, como dice el devoto San Ildefonso. (Serm. de Assumpti. B. V. M.) Contem- plad, pues, este espectaculo, amados mios; crucificado el Salvador, es elevado sobre la cima del Calvario, y al ex- tender su vista, se mira circuido por todas partes de ene- migos encarnizados ; unos le han dado a beber hiel y vi- nagre; otros vomitan de sus infernales bocas blasfemias 6 insultos; por una parte oye4os descompasados acentos de los ladrones que se hallan 4 su diestra y siniestra; por otra la algazara del pueblo y de los soldados, y entre tanto, rotas las artérias de sus’ piés y manos, y abiertas sus venas, empieza a correr su sangre y 4 regar el sue- lo; todo su cuerpo esta sin movimiento por hallarse sujeto al madero con crueles escarpias; la timica parte capaz de movimiento es su sagrada cabeza, y al incli- narla se dirigen sus miradas moribundas® hdcia la Ma- dre compasiva. Juwta crucem Jesw, Mater ejus. Justa- mente se queja Jesus del ‘abandono en que se encuen= tra; tres ailos empleados. en ensefiar al pueblo él rei- no de Dios, no han hecho impresion alguna en aquel pueblo tan ostentoso y alegre por su suplicio; tantos beneficios prodigados 4 sus discipulos han sido pos- tergados en Jos momentos de tribulacion, pues todos le han abandonado; el cielo ha cerrado la puerta 4 todo consuelo; los angeles han perdido la fortaleza para de- fender 4 su Criador; el Padre no ve en Jesus crucificado un Hijo digno de sus complacencias, sino un Hijo carga- do con los pecados de todos los hombres , un Hijo lleno de ignominias, y que es preciso beba hasta las heces del vino de su furor; con razon, repito, Jesus se queja de un desamparo tan extremado; pero 4 podra dirigir sus quejas & Maria? jOh, no! Ella se ha puesto 4 su lado para unir sus suspiros con los de su Hijo, para acompafiar sus do- ’ I