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el desamparo que sufrié su corazon, son causados por este mismo objeto. Venid, pues, joh hijas de Sion! iVenid, Jee devotas, fervorosos cristianos; venid al lado de vuestra afligidisi- ma Madre! Derramad una lagrima 4 su lado, ofreciéndo- sela como prenda del amor que la teneis. Pronunciad palabras de consuelo, que seran para aquella alma afligida un balsamo que mitigue el dolor de las heridas que le caus6 la muerte de su Hijo, para que, cuando Este venga 4 consolarla el dia de su resurreccion, tengais la dicha de hallaros junto 4 vuestra Reina y participar de las alegrias que con tanta abundancia envia Dios4 las almas que su- fren por su amor, y podais decir con la Iglesia: «jAlelu- ya, aleluya; Jesus se entregé 4 la muerte por nuestros pe- cados, y resucité para nuestra justificacion!» Que deseo 4 todos. Amen.